Las mujeres brillan cuando transmiten su energía. Su alegría es una fuerza que llena el mundo de calidez. Ese brillo se exterioriza gracias a los demás y por sus propias decisiones. Se potencia cuando expresan su lado más auténtico, cuando expresan su personalidad, su pensamiento, su estilo. Un brillo de vitalidad y fuerza que llena al mundo con su propio color.
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